Virgen del Rosario

Devoción

“….el Rosario es camino para contemplar los misterios de Cristo y escuela para formar la vida evangélica, debe ser considerado como modo de predicación conforme con la Orden, en el cual se expone la doctrina de la fe a la luz de la participación de la bienaventurada Virgen María en el misterio de Cristo y de la Iglesia”

 (Libro de las Constituciones y Ordenaciones de los Frailes Predicadores, 129).

La imagen de la Virgen con el Niño en brazos, y el Rosario en las manos, venerada en nuestra basílica, se presenta en una actitud de continua espera de aquellos que desean dirigirse a ella. La belleza del rostro ha favorecido la devoción de quienes, ante ella y con ella, meditan los misterios de la vida del Señor rezando la oración mariana por excelencia. De María aprendemos, tal como lo señalaba san Juan Pablo II, “a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor” (Rosarium Virginis Mariae, 1).

SÚPLICA A NUESTRA SEÑORA DEL SANTÍSIMO ROSARIO DE LA RECONQUISTA Y DEFENSA DE BUENOS AIRES

“¡Reina del Santísimo Rosario, Dueña, Señora y madre Nuestra!” Virgen de nuestros mayores, Tesoro de nuestras tradiciones.  Protectora de la ciudad que salvaste contra los ataques de los enemigos. Tú eres la gloria, la alegría y toda la honra de nuestros corazones.  Bendice Madre dulcísima, a todos los que te acompañamos como hijos y juramos como vasallos.  Cobija bajo tu manto a la ciudad que fue toda tuya y será siempre la “Ilustre y Fiel”; ilustre en la integridad de su fe y fiel en el cumplimiento de sus santos deberes.  Bendice a nuestra querida Ciudad de la Santísima Trinidad Puerto de Santa María de los Buenos Aires que se consagra enteramente a Ti.  Estrecha sobre tu pecho nuestra bandera “Azul y Blanca”, para que sean siempre inmarcesibles sus triunfos.  Guíanos para que sea nuestra luz, nuestra verdad y nuestro camino hacia el eterno triunfo de la gloria.  Amén.

Historia

El culto a Nuestra Señora del Rosario se ha conocido en Buenos Aires, prácticamente, desde la fundación del convento a inicios del s. XVI. A partir de entonces, se han establecido diferentes cofradías y hermandades dedicadas a su culto y devoción. 

La imagen de la Virgen del Rosario, así como el templo, fueron testigos de las gestas de la Reconquista y Defensa de Buenos Aires (1806 – 1807), razón por la que se conservan en el camarín las banderas arrebatadas al Regimiento de Infantería Escocés N° 71, y que Santiago de Liniers pusiera a los pies de la Virgen.

La coronación pontificia de la imagen tuvo lugar el 22 de octubre de 1922. 

La oportuna intervención de amigos del convento y de fieles devotos logró salvar la preciosa imagen de las llamas del incendio que afectaron la basílica en junio de 1955.

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