De_Champaigne,_Philippe,_The_Visitation,_1643-48

«Aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad”

Cuarto domingo de Adviento

 

19 de diciembre de 2021
Miq 5, 1-4a | Sal 79, 2ac.3b.15-16.18-19 | Heb 10, 5-10

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas 1, 39-45

Lo prometido por Dios y anunciado por los profetas y el arcángel Gabriel a María Virgen, está pronto a cumplirse, la expectativa del Pueblo de Dios, no va a quedar defraudada.

Para la masa de hombres y mujeres que constituían el antiguo pueblo de Israel, subyugados y humillados por las sucesivas invasiones de las potencias extranjeras de ese tiempo, después de recibir las palabras del profeta Miqueas, les resulta inminente, la venida de un salvador, que los sostendrá y los respaldara, a pesar de tanta humillación, recibiendo así una respuesta, a la larga espera consciente o inconsciente de un Mesías.

Así también hoy, todos los que constituimos la población cristiana de este mundo, estamos a pocos días de celebrar una vez más, el nacimiento de Jesús, el Mesías prometido y esperado desde antiguo.

Al llegar al final de este año 2021, todas y todos los hombres y mujeres, de todas las edades, razas, pueblos, naciones y culturas, miembros del nuevo pueblo de Dios que es la Iglesia Católica, celebramos el nacimiento del Mesías Jesucristo, nuestro salvador. Al igual que en el caso de Israel, el antiguo pueblo de Dios, también nosotros hoy, sufrimos diversas situaciones de humillación y opresión, provocadas por causas internas y externas a nosotros mismos, y vivimos también conscientes o inconscientes, largas esperas a la expectativa de algo que nos dé soluciones a tantas y tantos problemas de diversa índole. Aunque formalmente nos declaramos creyentes, hay momentos en que decaemos y nos rendimos a las idolatrías de siempre, que nos ofrecen soluciones inmediatas o evasiones El poder, el dinero, la comodidad, él consumismo, la violencia, el placer.

Sin embargo, hoy como ayer, Dios está actuando en nuestras vidas, para sostenemos y respaldarnos, reconociéndonos como sus hijos, como su pueblo, y pastoreándonos humildemente, esperando y buscando con paciencia, el momento en que nos volquemos a Él de corazón, para alimentar con su amor, nuestra capacidad de encuentro y convivencia re familiar, comunitaria y social, de modo que vivamos en confianza, en amor, en justicia y en paz.

Esta es la voluntad que Dios Padre nos revela en este cuarto Domingo de Adviento a través de su Palabra; la voluntad de sostenemos, respaldarnos y levantarnos con su amor, para salvarnos, tal como lo expresa el profeta Miqueas. Es también la voluntad de su Hijo Jesucristo el Mesías, citado en la carta a los Hebreos al decir: «Aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad”. Es la voluntad anunciada por el evangelista Lucas, que se manifiesta en la alegría que María Virgen transmite a su prima Isabel y nos transmite a nosotros sus hijos, al darnos el testimonio y ejemplo de madurez de fe, porque creyó que se cumpliría todo lo que el Señor le anunció.

Que el Señor, haga de nosotros personas felices, creyentes de verdad, convencidos y convincentes, capaces de escuchar su Palabra con todo el corazón, para obedecerla y predicarla por amor, poniendo nuestra vida al servicio de Dios, para la salvación de todos sus hijos, a ejemplo de los profetas, la Virgen María, y el mismo Jesucristo.

Fray Miguel Ángel Ríos OP
Santiago de Chile

Imagen: The Visitation (La Visitación) | Autor: Philippe de Champaigne | Fecha: 1643 | Ubicación: Princeton University Art Museum

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