San Pío V, Papa

Breve historia

Antonio Ghislicri nace en Bosco Marengo (Alejandría, Italia) el año 1504. A los catorce años entra en la Orden de predicadores en el convento de Voghera y recibe el nombre e Pio. Ordenado presbítero en 1528, enseno teología con al titulo de lector en Bolonia y Pavía y fue varias veces prior, destac4ndose por la bondad de sus costumbres y por y austeridad. Fue inquisidor de la fe en Lombardía y mas tarde, en 1551, comisario general de la misma. Nombrado por Paulo IV en 1556 obispo de Nepi y Sutri y en 1557 ya cardenal, fue enviado de nuevo a Piamonte para el gobierno de la diócesis de Mondoví.

Fue elegido para el supremo oficio pastoral el 7 de enero de 1566 y mantuvo su nombre: Pio y su hábito dominicano. En su eleccié6n influyó mucho la voluntad de san Carlos Borromeo. Desde este momento se dedica con total decisión a poner en practica, con el ejemplo de su misma vida, todas las consignas del concilio de Trento para la reforma de la Iglesia y el bien de las almas. Su trabajo se centra en diversos campos: defender la fe contra la reforma protestante; reformar a fondo y gradualmente la Curia romana; la publicación del Catecismo Romano (1566); formación teológica de los clérigos en los seminarios, para los que, entre otras medidas, propone la introducción de la enseñanza en ellos de la Suma de la Teología de santo Tomas de Aquino, al que —ampliando el titulo de «doctor» hasta entonces limitado declara doctor de la Iglesia latina con el titulo de «Angélico» (1567); la reforma concreta del culto publico de la Iglesia con la publicación del breviario (1568) y del misal (1570); promoviendo la unidad de la tradición dogmática entre las Iglesias latina y oriental ortodoxa dando el titulo de doctores, también en la celebración litúrgica, a cuatro de los mayores de cada tradición. Se empeña con esfuerzo en la defensa de la fe cristiana a nivel geográfico, especialmente cuando logra reunir las fuerzas de los estados cristianos en la expedición coronada con la victoria naval de Lepanto contra los otomanos el 7 de octubre de 1571. Habiendo atribuido la victoria a María, en su devoción del rosario, instituye para este día la fiesta con el titulo de Nuestra Señora de la Victoria, que en 1573 será ya denominada del Rosario.

Murió santísimamente en Roma el 1 de mayo de 1572 y fue beatificado por Clemente X el 1 de mayo de 1672 y canonizado por Clemente XI el 22 de mayo de 1721. Su cuerpo se venera en la capilla del santísimo Sacramento de la basílica romana de Santa María la Mayor, como él mismo había pedido.

 

Liturgia de las horas

Del Común de pastores.

Invitatorio

Ant. Venid, adoremos a Cristo, pastor supremo, aleluya.

Oficio de lectura

Himno
Alégrate, madre Iglesia,
firme en la gracia de Cristo;
los méritos de san Pío
un nuevo cantar inspiran.

Lleno de Espíritu Santo,
promovió el culto divino,
procuró con nuevas normas,
dar a Dios honor debido.

Piadoso, casto y humilde,
sumiso a la ley de Cristo,
con su palabra y su ejemplo,
señaló el recto camino.

Oh Jesús, dulce refugio,
nuestra esperanza y seguro,
cancela nuestros pecados,
por la vida de san Pio.

A ti, Cristo, sea la gloria
por las gracias recibidas,
tu a los justos recompensas,
por la vida a tu servicio. Amén.

Segunda lectura

De la vida del bienaventurado Pio, Papa Quinto, de Juan Antonio Gabutio

(Lib. 1-6 y Praefat., Acta Sanctorum, Mail, t. I, Antverpie 1680, pp. 618-697 passim: nn. 48, 49, 55, 56, 183, 319, 321, 322, 318; Praef. 1-2)

Fue ejemplo insigne de humildad y caridad cristianas

Pio decía que los pontífices debían edificar la republica tanto con piedras, cuanto con virtudes. Había certeramente entendido que para regir a los hombres con paz y autoridad nada hay mas valido que el ser amado de ellos y nada mas impropio que el ser temido; asimismo que nada es mas apto para acercar los hombres a Dios que el buscar su salvación. Por todo esto quiso dar comienzo a su ministerio de Pontífice con una gran caridad hacia los pobres y con una gran liberalidad y clemencia con todos. Decía que es tarea fundamental del Romano Pontífice la de esforzarse con empeño en que se conservara la integridad del culto divino, la disciplina eclesiástica y la moralidad de los ciudadanos. Por ello dedicó cuidado especialísimo en devolver, donde hubiera venido a menos, el esplendor primitivo del culto y también procuró restablecer a todos los niveles la verdadera piedad en la vida y costumbres.

Advirtiendo con acierto que nada hay mas aborrecible para Dios y mas pernicioso para el género humano que la herejía, se dedicó con esfuerzo a erradicar del mundo entero este mal contagioso. En orden a ello, ya primero durante toda su vida anterior y mas tarde durante su pontificado con mas eficacia, pensaba que no debía escatimar esfuerzos 0 dedicación para procurarlo, sin dejar nada por hacer ara conseguirlo. Para ello usé de consejos llenos ge prudencia, de exhortaciones llenas de piedad, de advertencias llenas de humanidad.

Pio merece destacarse con egregia alabanza por su piedad para con Dios. Sus intenciones estaban de tal modo orientadas a Dios que siempre antepuso su honor y su gloria a todo lo demás. No tuvo otro deseo que actuar conforme a la divina voluntad. Rememoraba con piedad y casi continuamente los acerbísimos dolores que Cristo sufrió por nosotros y para este fin tenia habitualmente delante de si la imagen de Cristo clavado en la cruz.

Pero aún mas, siempre conservó esta continuidad de oración incluso dentro de los asuntos mas urgentes que pudieran tenerle ocupado, sin que por ella omitiera nada de lo que correspondía a su cargo. Pensaba, efectivamente, que era función principal del Pontífice interceder ante el Señor en favor de las necesidades y por los pecados del pueblo y que para ello era preciso vivir en familiaridad con Dios y serle grato, pues ante Dios había sido constituido como intercesor. De hecho volvía de cuando en cuando a unirse en coloquio con Dios, dejando momentáneamente los asuntos en que se ocupaba, para aprender del mismo Dios en su interior lo que después debía enseñar al pueblo. Así, arrebatado en su interior en la contemplación de Dios, podía luego soportar el peso de buscar la salvación de los hombres. Y para que Dios tuviera compasión de los hombres, aumentaba sus penitencias cuando mas graves eran las necesidades de la Iglesia o las calamidades publicas.

Era en tal modo devoto de la santísima Virgen Madre de Dios que, aun siendo Pontífice y estando ocupado con tantos asuntos, no pas6 ningún día sin la recitación del santo rosario. Y no parece hecho que no sea debido a designio divino el que después de su muerte los restos de este gran Pontífice y su mausoleo fueran colocados en Roma y no en otro lugar del orbe y precisamente en la basílica de Santa María la Mayor. Así brilla desde este lugar por e] ejemplo de sus virtudes de Pontífice yes un modelo de virtud para las generaciones venideras. Habiendo sido en toda su vida un extraordinario devoto de la Santísima Virgen, Madre de Dios, ahora después de su muerte no reposa en otro lugar, sino en su magnifico santuario.

La historia de su vida es útil no solo para un determinado grupo de personas, sino que se adapta perfectamente a todo género de personas.

¿Profesa, acaso, alguien la vida religiosa? Ahí tienes en él un maravilloso ejemplo de obediencia, castidad y pobreza y, lo que es mas de admirar, un ejemplo insigne de humildad y pobreza cristianas vividas precisamente en la suprema potestad de la Iglesia.

¿Esta alguien dedicado a asuntos temporales, dentro o fuera de casa, en asuntos públicos o privados? Tampoco para éste faltan aquí consignas llenas de prudencia y de piedad con las que podrá moderar con total sabiduría su propia salvación y la de los demás.

¿Alguien se dedica a estudios militares o encuentra especial agrado en hacer o leer cosas sobre el arte de la guerra? Este también encontrará normas muy saludables y hallara lecturas agradables en re Jatos de batallas, no frívolas o profanas, sino de guerras importantes y altamente religiosas y también aquí encontrará reseñadas las victorias mas célebres entre todas las habidas sobre los enemigos del nombre cristiano.

Y, finalmente, pero de importancia fundamental: aquí tienen los pontífices y obispos ejemplo para ordenar y fomentar todos los asuntos eclesiásticos para estimularse cada vez mas en el fomento del culto de la verdadera religión.

Responsorio                                                                                                                   Si 47, 9.10.6
R. De todas sus empresas daba gracias alabando la gloria del Dios Altísimo; * De todo corazón amo a su creador, entonando salmos cada día, aleluya.
V. Invocó al Dios Altísimo, quien hizo fuerte su diestra. * De todo corazón amo a su creador, entonando salmos cada día, aleluya.

Laudes

Himno
Al supremo obispo Pío,
cantemos las alabanzas;
a la Trinidad sea gloria,
que galardona a sus santos.

Holló los triunfos del mundo,
sobrellevó adversidades,
permaneció siempre rico
de caridad y de gracia.

Despreciando las riquezas
de duración pasajera,
buscó los bienes del cielo,
de aquí abajo nada ansiaba.

Te pedimos, santo padre,
que escuches nuestras plegarias;
danos del bien los consuelos,
preparándonos su premio.

Poder, gloria y honor sean
a la Trinidad sagrada;
que la ayuda de los santos
nos conduzca a contemplarla. Amén.

Antífona 1

Ser. A EI Señor lo escogió como su gran sacerdote y abriendo en él su tesoro lo enriqueció de todos sus bienes, aleluya.

Ser. B El Señor es mi fuerza y mi energía, él es mi salvación, aleluya. 

Antífona 2

Ser. A Llevaba en su boca una doctrina auténtica y en sus labios no se hallaba maldad; camino en mi presencia con paz y rectitud y recobré a muchos de la culpa, aleluya.

Ser. B La diestra del Señor es excelsa, la diestra del Señor es poderosa, aleluya. 

Antífona 3

Ser. A Se mantuvo firme por la energía de su alma resuelta, por eso hizo con él una alianza de paz para que le tocara a él y a su linaje la dignidad del sumo sacerdocio por los siglos, aleluya.

Ser. B A quien me sirva, le premiara el Padre que esta en los cielos, dice el Señor, aleluya.

Lectura breve                                                                                                                2Co 6, 4-7a
Continuamente damos pruebas de que somos ministros de Dios con lo mucho que pasamos: luchas, infortunios, apuros, golpes, cárceles, motines, fatigas, noches sin dormir y días sin comer, procediendo con saber, paciencia y amabilidad; con los dones del Espíritu y con amor sincero, llevando el mensaje de la verdad y la fuerza de Dios.

Responsorio breve
V. Sacerdotes del Señor bendecid al Señor, * Aleluya, aleluya.
R. Sacerdotes del Señor bendecid al Señor, * Aleluya, aleluya.
V. Santos y humildes de corazón, alabad al Señor.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sacerdotes del Señor bendecid al Señor, * Aleluya, aleluya.

Benedictus
Ant. Tú fuiste sacerdote del Señor modelo de virtud, pastor bueno para el pueblo, que has agradado al Señor, aleluya.

O bien, especialmente con canto: ant. Toda sabiduría viene del Señor y está con él eternamente, Aleluya.

Preces propias, o del Común de pastores.

Oración
Señor, ti que has suscitado providencialmente en la Iglesia al papa san Pio V para proteger la fe y dignificar el culto, concédenos, por su intercesión, participar con fe viva y con amor fecundo en tus santos misterios. Por nuestro Señor Jesucristo.

Vísperas

Himno
Dios omnipotente, escucha,
las preces que a ti elevamos,
al celebrar hoy la fiesta,
de pío tu obispo santo.

Insigne por sus virtudes
y por sus hechos preclaro,
fue lámpara luminosa
luciendo en la Iglesia Santa.

Fue un holocausto viviente
en la cátedra de Pedro:
para ahogar en si el pecado,
llevó las marcas de Cristo.

El, oh Cristo, ha conseguido
ya de tu gloria el premio;
danos, por sus oraciones,
lograr el gozo del cielo.

A ti, Cristo, sea la gloria,
por las gracias recibidas,
tu a los justos recompensas
por la vida a tu servicio. Amén.

Lectura breve                                                                                                                 1Co 3. 10-11
Conforme al don que Dios me ha dado, yo como hábil arquitecto coloqué el cimiento, otro levanta el] edificio. Mire cada uno como construye. Nadie puede poner otro cimiento fuera del ya puesto, que es Jesucristo.

Responsorio breve
V. El profeta fue puesto a prueba en su fidelidad. * Aleluya, aleluya.
R. El profeta fue puesto a prueba en su fidelidad. * Aleluya, aleluya.
V. Y fue juzgado fiel en sus palabras.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El profeta fue puesto a prueba en su fidelidad. * Aleluya, aleluya.

Magnificat
Ant. Señor, los que practican la justicia se hospedaran en tu tienda y habitaran en tu monte santo, aleluya.

O bien, especialmente con canto: ant. Viviendo en santidad y justicia mereció ser ensalzado por el celo al honor del sacerdocio, aleluya.

Preces propias, o del Comín de pastores,

La oración como en Laudes.

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on whatsapp
WhatsApp